Todos los estudios realizados durante las últimas décadas demuestran que las edades de inicio en el consumo de drogas son cada vez más tempranas. Las consecuencias de este consumo tan precoz aparecen muy rápidamente, en forma de fracaso escolar, problemas familiares, desmotivación general y estados depresivos, y con el paso de los años derivan en situaciones graves marcadas por la precariedad laboral, la falta de recursos, y el deterioro en el ámbito de las relaciones interpersonales, el económico, o el de la salud.

La experiencia en el trato con personas drogodependientes nos demuestra que los procesos de recuperación iniciados a tiempo, permiten reconducir mucho más rápidamente este deterioro a todos los niveles, y así la persona puede alcanzar un alto grado de calidad de vida, y mantener un nivel de inserción social adecuado.

El programa adapta sus horarios y establece acuerdos con centros escolares para permitir a la persona atender sus responsabilidades a la vez que realiza el tratamiento.