En la entrada de hoy dedicaremos unas líneas a hablar de uno de los recursos terapéuticos que se utilizan en nuestro centro para el tratamiento de las adicciones: Los Mandalas.
Como veréis, colorear Manadalas es una herramienta que, a pesar de su aparente sencillez, si se utiliza correctamente puede aportar beneficios muy importantes para la recuperación.
Introducción:
El término “Mandala” proviene del sánscrito, y puede traducirse como “círculo”, “centro sagrado” o “recipiente de lo esencial”. Los Mandalas, han sido largamente utilizados en el hinduismo y en el budismo como representaciones de lo sagrado, del cosmos, y como un método para alcanzar determinadas verdades espirituales.
El círculo que dibuja un Mandala, es la forma más primaria que podemos encontrar en la naturaleza. Desde las formas celestiales del sol, la luna o las galaxias, hasta la tela que teje una araña, o el nido de un ave, el mundo natural está lleno de formas que nos recuerdan al Mandala. Incluso podemos encontrar la misma tendencia al círculo en el comportamiento humano, especialmente en reuniones sociales, en las que se tiende a formar un círculo alrededor de una mesa, alrededor de una hoguera, etc.
Más allá de su tradicional vinculación al mundo oriental, también en occidente podemos encontrar que, de algún modo, la idea del Mandala existe desde la antigüedad. La prueba más clara de ello la encontramos en los rosetones de muchas catedrales, cuya belleza y majestuosidad estaba pensada para proporcionar experiencias espirituales a los feligreses que los observaban.
Efectos terapéuticos:
En la actualidad, el hecho de colorear mandalas se ha extendido enormemente, y se utiliza principalmente como apoyo a la relajación, a la meditación o como impulso creativo. Son ya varios los colectivos que han experimentado sus beneficios, siendo especialmente utilizado en la infancia, así como en el tratamiento de diversas enfermedades mentales. En el campo de las drogodependencias, también se recurre frecuentemente a ellos, y es que sus efectos terapéuticos inciden en varios planos de la enfermedad.
Para empezar, el efecto más inmediato que podemos encontrar al colorear un Mandala es el de la relajación. Este efecto puede resultar muy útil para el paciente adicto, en momentos en que la abstinencia produzca sensaciones de ansiedad, malestares, preocupaciones, etc. (craving).
Pero más allá de este efecto inmediato, también hay que considerar que la acción de colorear mandalas, ayuda a sortear la parte izquierda de nuestro cerebro (correspondiente a la conciencia) y acceder a la parte derecha (correspondiente a la intuición). De este modo, el paciente que utiliza habitualmente esta herramienta desarrolla la capacidad para identificar y reconocer sus pensamientos y emociones más ocultos. En el tratamiento de las adicciones, en el que tan necesario es hablar de uno mismo, esta capacidad resulta enormemente beneficiosa, especialmente considerando las dificultades que suelen tener los adictos para dejar de esconderse.
Por último, también se puede utilizar un mandala para realizar una meditación concreta. En ese sentido, en el Centro Terapéutico La Garriga hemos realizado numerosos talleres, en los que los pacientes meditan sobre los cambios que deben hacer en su vida para conseguir la abstinencia. A medida que el color va tiñendo el mandala escogido, la mente visualiza esos cambios. La experiencia nos demuestra que este tipo de meditación favorece la percepción del tratamiento como un proceso gratificante y liberador, y contribuye por tanto a reducir malestares asociados a la abstinencia.
Ejemplos:
Estos son algunos ejemplos de mandalas realizados por nuestros pacientes.
Esperamos que os gusten!!
Bibliografia:
Madonna Gauding (2009). Un millón de mandalas. Köln: EVERGREEN