Como cada año desde 1999, el 25 de Noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este día fue designado por la Asamblea General de la ONU, con el objetivo de sensibilizar y concienciar sobre las violencia contra niñas y mujeres, así como fomentar políticas públicas para erradicarla.
Tal y como explica la ONU en su página web, se calcula que una de cada tres mujeres sufre o ha sufrido al menos una vez en su vida violencia física y/o sexual. A pesar de esta cifra tan alarmante, tan sólo un 5% de la ayuda gubernamental mundial se destina a combatir la violencia de género y apoyar a las víctimas. Más inquietante aún, menos del 0,2% se destina a su prevención.
Primer paso para la prevención
Tal y como dice el hashtag de la imagen: No hay excusa. Sin embargo, es importante aprender y entender cuáles son las causas de un problema, porque el primer paso para la prevención es la información. No podemos prevenir algo que desconocemos.
¿Qué formas tiene la violencia contra la mujer?
- Violencia física y/o verbal
- Maltrato psicológico
- Violación (conyugal y no conyugal)
- Femicidio
- Violencia vicaria
- Acoso (sexual, callejero, online)
- Explotación sexual
- Mutilación genital
- Matrimonio forzado
- Matrimonio infantil
- Etc.
¿Por qué se dan estos actos?
Las causas son muchas y varían según el país: desde factores culturales y religiosos, hasta factores económicos. Es imposible abordarlas todas en una entrada de blog, por lo que nosotros nos vamos a centrar en una de las causas, que se da frecuentemente y de la que se habla poco: la adicción (ya sea en el perpetrador o en la víctima, o incluso en ambos)
Violencia de género y el abuso de sustancias
- El 13,7% de las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia sexual afirman haber sido violadas cuando estaban bajo los efectos del alcohol u otras drogas.
- El 12,7% de las víctimas de violencia sexual han consumido alguna sustancia para afrontar lo sucedido (cifra que aumenta hasta el 26,6% entre las víctimas de una violación)
Estas cifras no buscan culpabilizar a la víctima, al contrario. Simplemente demuestran que la adicción y la violencia género están vinculadas en ambos sentidos, ya que el abuso de sustancias favorece la violencia de género, y esta aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de la adicción. Este último punto se ve reforzado por las conclusiones de Gemma Altell en 2011: Las mujeres que han sufrido violencia física o psicológica son 15 veces más propensas a presentar alcoholismo y 9 veces más propensas a desarrollar drogodependencia, que las mujeres que no han sufrido este tipo de abuso.
Cabe destacar que la adicción en mujeres no es el único elemento de la nefasta relación entre violencia de género y abuso de sustancias: el 60% de hombres con un trastorno adictivo no tratado, ejercen la violencia sobre sus parejas sentimentales femeninas
Conclusiones de cara al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Hay muchas políticas que los gobiernos de cada país pueden y deben impulsar para prevenir y eliminar la violencia contra la mujer, y la sociedad también debe volcarse en este objetivo. Desde el Centro Terapéutico la Garriga recomendamos:
- Incluir la perspectiva de género en los tratamientos para las adicciones
- Desnormalizar el consumo de sustancias como el alcohol
- Desestigmatizar la enfermedad de la adicción
Este último punto es algo por lo que llevamos años trabajando, ya que está comprobado que el estigma que acarrea esta enfermedad es uno de los motivos por los que se tarda en pedir ayuda. También está demostrado que la inmensa mayoría de personas con la enfermedad de la adicción que han participado en o han sufrido actos de violencia de género mientras estaban en activo, no vuelven a verse envueltos/as en esas dinámicas una vez rehabilitados/as. Teniendo en cuenta esto, es lógico concluir que eliminar el estigma que acompaña a la enfermedad de la adicción, ayudaría también a eliminar la violencia contra la mujer.
